Oclusión intestinal por bridas, manejo laparoscópico
La oclusión intestinal es la complicación quirúrgica más frecuente en la cirugía abdominal, siendo uno de los principales motivos de visita a urgencias. Se calcula que alrededor de un 15-35% de los pacientes intervenidos requerirán ingreso hospitalario por este motivo, y que en un 2-5% será necesaria una intervención quirúrgica, ya sea por mala evolución con tratamiento conservador, o por la existencia de una oclusión completa con sospecha de isquemia intestinal.
Clásicamente, la oclusión intestinal ha sido considerada como una contraindicación absoluta para el abordaje laparoscópico. Esto ha sido debido al aumento del riesgo de aparición de lesiones iatrogénicas, a la dificultad en el manejo de las asas intestinales dilatadas y a la presencia de un peor campo operatorio.
Recientemente, con el aumento de experiencia en este abordaje, esta contraindicación ha pasado a ser relativa, consiguiéndose minimizar dichos inconvenientes. De este modo, los pacientes intervenidos mediante esta vía de abordaje podrían beneficiarse de las ventajas ampliamente demostradas de la cirugía laparoscópica: menor dolor postoperatorio, menor íleo, menor infección de herida, menor tasa de hernias incisionales, menor estancia postoperatoria, beneficio estético y disminución de futuras adherencias. Esta última ventaja es la más importante, ya que la probabilidad de sufrir un nuevo episodio de oclusión intestinal en estos pacientes aumenta a un 30% tras un primer episodio, a un 40% tras un segundo y hasta un 60% tras el tercero.
A pesar de estos avances, el abordaje laparotómico sigue considerándose de elección para el tratamiento quirúrgico de la oclusión intestinal. El papel de la laparoscopia en este campo sigue siendo controvertido.
Recientemente hemos publicado nuestra experiencia en el tratamiento laparoscópico de la Oclusión intestinal en la Revista Mexicana de Gastroenterología (Rev Gastroenterol Mex 2013; 78(4):219-224.